Frío en medio de la noche, situación esquizofrénica luego de
un preámbulo poco excepcional. Decidí agarrar lo poco que quedaba de esa maleta
cargada de sueños, me alejé de la niebla y emprendí viaje hacia mi ciudad
natal. Con espíritu de rebeldía agarré aquello que deseaba para que fueran unos Parliament.
Alguien se acercó como la nada, un sinfín de oportunidades
marcadas por la adrenalina propia de terminar lo que nos dio el origen. Lo apuñalaron,
adelante mío. Solo quise pensar en algo, pero no pude. La angustia me arrinconó
en todos los lugares que creía conocer. Se me desgastaron los párpados del solo
intento de desear mirar adentro. La sombra dejó pasmados a los sujetos que se
encontraba en el lugar. La incógnita de la existencia se me adelantó por mi
cabeza y no quise comprender lo inconfesable del sistema en el que habito. Solo eso me mantuvo perplejo, la angustia de
querer que las situaciones se desarrollen de otra manera.