viernes, 14 de agosto de 2015

Nunca dejes de cantar

      Un golpe fuerte en el pecho, como si de repente se detuviera para dejar de latir. Era una señal, una u otra. Ambas me matarían.
      Decidí inclinarme por la segunda, a pesar de mi herencia coronaria, supe que iba a poder mantenerme a salvo para disfrutar el camino. Esa muerte que sentí como nunca, tenía un gran significado, una gota y otra que llenaba un vaso hasta el tope. De esas muertes que reviven, de ese mundo que aparece y nadie quiere dejarlo.
     Tenía algo en su mirada, algo me decía que sabía todo. Aún más de lo que creía conocer de mí mismo. Esbelta, alta, un pelo castaño increíble que parecía nunca terminar y una presencia que no la aceptarían como palabra en ningún diccionario de nuestra lengua: imposible de denominar e infinita.
      Pero hubo algo que me llamó la atención por sobre todas las cosas, su sonrisa. De esas que permanecen en el tiempo mientras un pueblo sigue llorando por sus tristezas. Una boca que sonríe como la más feliz del mundo y atraviesa la alegría, eso que conocemos como alegría.
      ¿Qué diría de mí? Estaba perdido, perdidamente enamorado. 

martes, 6 de mayo de 2014

Mientras

  Frío en medio de la noche, situación esquizofrénica luego de un preámbulo poco excepcional. Decidí agarrar lo poco que quedaba de esa maleta cargada de sueños, me alejé de la niebla y emprendí viaje hacia mi ciudad natal. Con espíritu de rebeldía agarré aquello que deseaba  para que fueran unos Parliament.
 
Llegué a la vieja estación y medité en la dulce espera del colectivo. Poca gente en la calle, los transeúntes solos como máquinas, en un cuadro de pocos amigos y sueños desgastados bajo la luna con un viento que rozaba la mejilla y el sonido de la soledad.

  Alguien se acercó como la nada, un sinfín de oportunidades marcadas por la adrenalina propia de terminar lo que nos dio el origen. Lo apuñalaron, adelante mío. Solo quise pensar en algo, pero no pude. La angustia me arrinconó en todos los lugares que creía conocer. Se me desgastaron los párpados del solo intento de desear mirar adentro. La sombra dejó pasmados a los sujetos que se encontraba en el lugar. La incógnita de la existencia se me adelantó por mi cabeza y no quise comprender lo inconfesable del sistema en el que habito.  Solo eso me mantuvo perplejo, la angustia de querer que las situaciones se desarrollen de otra manera. 

domingo, 25 de marzo de 2012

Esclerosis


Es el momento de escribir un mejor momento para pensar, es la situación justa para saltar y mirar al revés del ojo. Para respirar lo deseable y mostrar el paraíso más allá de lo intrínseco.

Es el ojo el que antecede al olfato cuando aparece el impacto de una satisfacción implosiva. Son las cáscaras de los verdugos, los que nos hacen pensar en la libertad, en los sueños y en todo eso que llaman amor. Es impensable imaginar un sistema solar, un espacio infinito sin alterar el raciocinio, y creer en lo desconocido como una experiencia espiritual. Es el aire, al final del camino el que logra respirar.

jueves, 21 de julio de 2011

Incendio infernal en la República de los Niños


Penetra en estos días la angustia, el dolor y perplejidad de los seres humanos en cada uno de los rincones donde se conocía el mundo de fantasía hecho realidad. La aguja clavó la vena luego de medio siglo de historia y la anestesia no se presentó para los padres que atormentaron en la vulnerabilidad de la vorágine cuando sus hijos se exponían al peligro. Más de 53 hectáreas majestuosas se convirtieron en el mismo infierno y la magia que alguna vez aglutinó a la infancia bajo la felicidad pronto se esfumó y alejó de lo indeleble. Las llamas invadieron la República de los Niños y arrebataron todos los sueños que creíamos vislumbrar.
El 2 de julio de 2011 no solo ocurrió una tragedia en un lugar del Universo, sino una metamorfosis en el ciudadano de La Plata que dejaba de ser niño para transfigurar sus sueños al cosmos de los seres adultos. Lo he visto con mis propios ojos y sé que todos transmiten en sus pesares la inestabilidad que se produjo al conocerse esta noticia. ¿Quiénes somos para merecer tal castigo? O en definitiva ¿por qué los niños deben pagar por la condena que los hombres imperfectos derraman en las fuerzas de la naturaleza?
Fue la catástrofe de la localidad de Gonnet donde el camino General Belgrano parecía conducir al día del juicio final. En medio de la humareda insoportable, la tierra medieval se había trasladado por completo a la profundidad de las tinieblas. Miles de vecinos, frente a la desesperación, como en medio de una invasión de los ángeles del infierno, cargaban baldes con agua y paraban el tránsito incontrolablemente, mientras los bomberos y la policía se dirigían al lugar. Ardieron cada uno de los 35 edificios de estilo europeo e islámico que representaban las instituciones del Gobierno de la República y habían sido realizados en una escala acorde a los niños de 10 años; se incineraron los 28 opulentos juegos mecánicos del parque de diversiones y con esto funaron cuatro de los 10 micros escolares que se encontraban en zonas aledañas, seis pudieron escapar con sus alumnos, mientras el resto de los chicos y sus maestras corrieron atolondrados hacia la salida a excepción de dos de ellos que se quedaron atrapados en el Museo Internacional del Muñeco, Sebastián Serlio y Juan Moreira.
Quién hubiera pensado que aquel sueño que empezó a construirse en 1949 durante la gobernación del Coronel Domingo Mercante y en muestras de agradecimiento a la solidaridad de María Eva Duarte de Perón con los más pequeños, y el resto de la sociedad desposeída, iba a concluir en esta desgracia que ya no posee ni un mínimo derecho de denominarla como tal. ¡Una maldición¡ Un suceso que escapa a toda lógica explicación de nuestro universo vocabular.
A las siete y media de la tarde, luego de que se cumpliera una hora en que la República se condenara a la furia de la hoguera, llegaron los bomberos inyectando las sirenas que se hundían en todos los vecinos como una piedra que se somete al mar. Todos escrupulosos mientras la policía alertaba y desalojaba la zona. Al principio fueron cuatro camiones de bomberos que se presentaron tenazmente clavando los frenos y patinando sobre la calle, dos delimitando el perímetro y otros dos ingresando para apagar el sector con toda la infraestructura histórica. Tiempo más tarde, no hubo otra opción que resignarse a comprender que todo estaba perdido, a pesar de la incorporación de los últimos seis camiones que se encontraban en la ciudad.
En ese momento se conoció lo más temido. Dos padres exasperados y una maestra debilitada por la mixtura de sensaciones, se acercaron a las autoridades policiales para informar sobre la desaparición de dos chicos. De forma urgente, mediante la radio, se avisó a los bomberos. Sorprendidos porque no habían encontrado rastros de vida en los edificios, fugazmente se agruparon para desarrollar el operativo de rescate.
Ese día habían asistido tres escuelas de la ciudad: La “Escuela Media N° 8”, “Escuela Gabriela Mistral N° 50” de Los Hornos y por último, “Escuela Normal N° 2 Dardo Rocha”. Los alumnos desaparecidos pertenecían al Normal N° 2, Sebatián Serlio y Juan Moreira, ambos de sexto grado división C.
Se conoce que los chicos estaban en la República realizando la visita guiada pero, como de costumbre, muchos de ellos se dispersaron con otras actividades: jugando al fútbol, tocando la guitarra, caminando de forma independiente sin la supervisión de las docentes. Esto, sin duda, marcó un antes y después en la secuencia del terrible acontecimiento.
El desacato de los alumnos no era un factor desconocido por las maestras, sin embargo, la irresponsabilidad de las mismas fue determinante cuando se acercó la emergencia. El fuego comenzó en el Centro Cívico, la zona central de la Repúbilica y no tardó en extenderse por todo el circuito. Debido a un desperfecto en el sector de comidas, se produjo una explosión y las llamas inundaron el lugar, como si se produjera un tsunami, propagándose hacia los techos de madera. Un día friolento que pronto se convirtió de forma insoportable en un tórrido tajante.
Las profesoras pudieron darse cuenta de la ausencia pero ya era demasiado tarde. Mientras intentaban contener a todos los más pequeños que llorisqueaban y gritaban bajo la luna que se aproximaba con su habitual rotación, salieron corriendo porque los micros habían estallado cuando el infierno los abrazó y el diablo mismo penetró en lo más sensible de sus temores.
Como la despedida de los soldados que se van a la guerra, el grupo de rescate fue aclamado frente a la angustiosa impotencia de las personas que se encontraban paralizadas. Luego de corroborar que los chicos se habían quedado atrapados en el Museo del Muñeco, los hombres valientes y fornidos, como aquellos 1600 obreros – ¡artistas si los hay!- que trabajaron en la edificación de la República de los Niños, se dirigieron en plena adrenalina con los camiones a toda velocidad.
Arrebatados rompieron la puerta del lugar y atravesaron las llamas mientras algunos de sus compañeros intentaban sumergir al Museo a las profundidades del océano. Entraron, atisbaron la zona, y al mismo tiempo esquivaron los techos que se desprendían del cielo como una lluvia de meteoritos. En el segundo piso, el sector de los muñecos de la región oriental, encontraron a los dos chicos tirados en el suelo sin reacción. Desmayados, los llevaron fuera del Museo y luego de varios intentos por parte de los médicos, volvieron en sí mientras los padres se acercaban corriendo con el corazón en la mano. La gente festejó en medio de la conmoción y mezcla de sentimientos, se había podido salvar la vida de los más chicos a pesar de la catástrofe.
A través de las cenizas sólo quedan los recuerdos de aquel mágico mundo de fantasía al servicio de todos los niños. En el núcleo de la tierra vive en nuestros corazones, a partir de la vida, el espíritu de lo que significó la República de los Niños. Hace más de medio siglo el sueño se había hecho para la satisfacción y felicidad de los más pequeños. Hoy, su destrucción, fue un funeral para muchos; sin embargo, mantuvo el mensaje claro. Aunque se hubieran podido utilizar todos los medios para intentar salvar una parte de la misma, se priorizó la vida de los niños. Con la cruel nostalgia entre la yema de mis dedos, exento de toda incertidumbre, puedo afirmar que Evita estaría orgullosa al ver esta pequeña luz en medio de la inmensa oscuridad.

Gen


Eran las ocho de la noche de un martes agitado en pleno invierno, ella no podía comprender lo que le habían contado. El viento le hizo sentir en carne propia que estaba a punto de perder la poca fe que yacía en algún hueco de su alma. No podía recordar la última vez que lo había visto y sabía que el intento le iba a ser perjudicial para la salud. Mientras tanto, seguía caminando por calle 8 con muy poca fuerza y a punto de desvanecerse.
Una mujer esbelta, de unos 45 años, cabello lacio rojizo, tez blanca y ojos marrones. La mirada penetrante transmitía su pesar y el pañuelo en su mano que apretaba nostálgicamente podía destrozar el corazón de cualquier persona que se le cruzara.
Todo ocurrió después de un llamado. Hay situaciones que no se pueden controlar, la vida es un vaivén, es inevitable la sorpresa. Aunque indudablemente, el carácter de la misma, genera respuestas anímicas distintas. El tiempo se nos escapa de las manos.
María Eugenia Castelar sabía que ese momento iba a llegar, pero no justo en ese instante. Su esposo, Jorge Hernández, había sido diagnosticado de un cáncer pulmonar y toda la familia se encontraba convulsionada. Fueron dos años intensos de lucha que se habían convertido en una gran esperanza frente a las mejoras que todos creían percibir. Pero la vida muchas veces sorprende, no se puede manejar y pensar que todo está al alcance de las manos.
La llamaron del Instituto Médico y una lágrima pronto se deslizó sobre su mejilla izquierda. Le arrebataron al amor de su vida, ya nada tendría significado para una mujer que día tras día mantuvo la fe en alto y el corazón en el cielo para continuar con aquellos momentos de felicidad.
María no pudo contenerse, dejó de caminar, arrojó el teléfono sobre la calle y en el instante que se escuchó el impacto que lo desarmó en mil pedazos, ella se arrodilló cuando caía en la vereda; comenzó a derramar fuertes lágrimas y a arrancarse los pelos de su cabellera. De esa boca salieron todas las peores palabras y sonidos que se puedan imaginar. Los vecinos de los edificios del centro de la ciudad salieron atónitos y llamaron a la policía. Preguntaron si necesitaba ayuda, si le había pasado algo. Ella nunca respondió, o mejor dicho, el silencio fue su mejor respuesta.

Espejo


En una esquina de la ciudad se encuentra un hombre que vende relojes, pulseras y anillos. No la va muy bien en el trabajo, pero él dice poder sobrevivir. La gente de la zona no lo conoce, no sabe de dónde viene, su nombre, ni cuáles son sus expectativas. Siempre se lo nota callado y cabizbajo. Puedo sentir su soledad.
En frente de él hay una casa de imitación de grandes cuadros de los mejores pintores del siglo XIX. Todos llaman la atención, pero hubo uno que siempre me arrancó los ojos y nunca pude olvidarme, dicen que es un cuadro de Edvard Munch. Ya hace meses que lo vengo observando y no puedo dejar de pensar en él.
El fin de semana pasado, estaba muy apurado y tenía que conseguir algún regalo para el cumpleaños de una amiga. No tuve otra opción que comprarle al hombre de la esquina. Conseguí un par de aros que parecían bastantes costosos. Mucho no pude hablar, apenas me dijo “12 pesos”. Un hombre de origen extranjero, será de Noruega posiblemente; tez oscura, de gran contextura física y una altura de casi 2 metros. Todos los días lo veo en el mismo lugar cuando salgo del trabajo.
No sé, pero por una cosa o por la otra siempre termino haciendo una asociación y mi cabeza se encuentra a punto de estallar. Estoy todo el día pensando en el cuadro y cuando no pienso en el cuadro pienso en el hombre que vende en la esquina. Veo la soledad y el frío, la angustia y la pena, tengo miedo, mucho dolor y ya me estoy fatigando. Fue como una especie de gualicho, nadie me lo puede sacar. Puede que ya esté alucinando.
El martes pasado fui al médico para que me dijera algo al respecto, este solo se me rió. Ya no encuentro la solución, comienza el día y, lo veo al hombre y lo veo al cuadro; transcurre la tarde y, lo veo al hombre y lo veo al cuadro; y así mismo cuando arriba la noche… lo veo al hombre y lo veo al cuadro.
Puede que ya me esté volviendo loco, o quizás que me vea reflejado en él, “en ellos”. Estoy muy solo, hace frío y tengo miedo.

miércoles, 6 de abril de 2011

Sangre Frita

Cayeron, se escuchó un golpe. Uno de ellos, Marcos Igalde, se mantuvo quieto y enfrentó el dolor. Melina y Paulo alcanzaron a correr con banderas, zapatillas desatadas y lograron inmiscuirse entre la multitud. A los lejos, entre la oscuridad, la sangre en el pantalón roto mostraba una marca que parecía haberse borrado con el paso del tiempo. Pero no, aún, en plena etapa democrática, el eco continúa elevando sin memoria ni perdón. Un conflicto gremial, una revuelta sindical y el enfrentamiento violento que generaba una muerte más entre tanto asesino suelto.

viernes, 1 de abril de 2011

Díscolo




Todavía el silencio le roza la garganta. Escupe con sangre y acumula la gangrena.

Todo porque vuelve de la guerra, todo porque estuvo a punto de no volver.

De pendejo fue esclavo, se crió en una colonia y mataron a sus cuatro hermanos. Cinco años más tarde, escapó en búsqueda de la libertad. Fue allí cuando lo apresaron e hicieron descubrir su propia luz, la que se burla de la muerte. En esos instantes, cayeron relámpagos y le cortaron la cabeza, penetró brillo en los ojos y se le reventaron las pupilas.
Diez años escribiendo su propia historia con una aguja clavada entre las venas. La sangre traspasó las hojas y el viento sentenció respiros en medio de la danza cervical.

lunes, 27 de diciembre de 2010

Minuto


Le pegó un tiro. Se dio cuenta que no era como pensaba y de un día para el otro lo calzó. Fue una situación muy difícil. Imaginate… el tipo se quedó sin laburo, tenía una mina embarazada y dos pendejos, uno de catorce y el otro que no llegaba a 9, si no me equivoco.
El tema es que no se puede manejar. El chabón había estudiado… una carrera, no sé si psicología o sociología y como vio que no había muchas posibilidades laborales se anotó en un trabajo de medio tiempo.
Cuando me lo crucé en 8 y 56, estuvimos hablando algo, pero la lluvia era tan fuerte que fue un hola y chau. Andaba con la remera de la empresa. Decía que estaba bien, que le alcanzaba. Pero el tipo siempre fue igual. Re copado, pero siempre con los mismos problemas.

Rebecca


Rebecca se envuelve de hombres. Rebecca llora, mata y se excita. Todo lo puede, consigue la piedra y más tarde endurece los sueños. No se cansa, renueva el alma. Se muestra enamorada, se piensa compleja y envenena la sombra del querer ser.
Rebecca maltrata. Rebecca no piensa. Es angustia, dolor y una pena lacrimosa.
Rebecca no desea sentir, todos lo hacen por ella. No puede amar, solo penetra aire entre las venas. Rebecca no es Rebecca, es una simple mujer en un juego de idiotas.

Desatinos


Saliste a atrapar el viento y te quemaste con fuego. Quisiste cambiar el golpe y te sangraron los ojos. Y ella te rodea y nunca te cura, pasa su lengua y nunca te cura. No pudiste superar los momentos, no tuviste alma para guardar los sentidos. Y cada vez más se aleja y solo quedás; nunca más te besa.
Pero la noche arriba y el cuerpo no extraña, solo recuerda. Y el sueño cansa y ella no regresa. Solo en algún cuerpo y con otra persona.

martes, 23 de noviembre de 2010

adiós Primero


Ya lo sé, luego se marchan. Corren en la fuente y se mantienen sanos, como en una carrera hacia la nada. Se muestran sueltos y alegres y solo dicen estar viviendo un sueño.
El martes salieron de paseo sin excusa de por medio, se arrojaron a romper el tiempo y en la noche desaparecieron sin preocupación.
Quisieron salir del tiempo y atravesar el sueño, y hasta consiguieron desplomar el cielo. No lograron darse cuenta, pero a lo lejos, desterraron sus cuerpos.
Y los saludos se escuchan y los besos se sienten. Pronto, en conjunto marchan. Olvidan lo que luego lamentarán.

jueves, 18 de noviembre de 2010

Tomógrafo


Camina, corre, salta y vuelve. Penetra y duele, lastima y siente. Muere en el fin de los finales y recorre como la memoria de un mapa nunca olvidado todos los rincones del cuerpo, todos los sentidos del viento. Quisiera que se alejara, desearía querer poder y poder querer, solo y uno, triste y fanático.
Derrama el viento y agita el templo de lo sabios a los ignorantes por ignorados, que solo logra susto y más penumbra en el cielo de los caídos. Castiga el HOMBRE al hombre y las palabras se hacen eco con el pasar del tiempo.
Y ellos, solos; mientras la noche se hace recuerdo, ellos solos... miran.

domingo, 1 de agosto de 2010

Glaucoma



Se exilió para no volver, para no tener que mirar atrás.



Son decisiones rápidas pero totalmente necesarias. Se mudó de mundo y esfumó todo lo conseguido en el camino de su vida. Para qué o para quién, por qué o por quién? Solo lo hizo y escapó como lo deseaba. El vuelo de su sueño inconsciente a ese lugar mejor, lejos de todo, pero demasiado cerca de lo que deseaba como su familia.
La tierra lo manchó, pero decidió agarrar la arena con sus propias manos, sentir como se le metía entre las uñas y causaba esa sensibilidad inconfundible; y así escavar y escavar llegando a la parte humedecida y cada vez más.
Se quedó como un hombre, como una especie más, sin taparrabos, sin excusas, solo con el cuerpo, al desnudo, libre y feliz. Desconfió del clima y sintió temor por las enfermedades. Solo duró lo que dura el contexto; esta vez se dejó llevar y se sintió planta entre los pastizales.
Recorrió su interior, se sintió capaz de llorar y gritar, se sintió capaz de vivir, de correr por placer. Gritarle al mundo al cielo, al mar y al viento. Salir corriendo pisando bien fuerte, siempre hacia el mar, ese mar que baña las costas, brilloso y penetrante.

domingo, 6 de junio de 2010

Sello

Cuando a veces te ponés a pensar, cuando a veces lo hacés, parece que todo sigue su camino. La mayor parte del tiempo te dejás deslizar por el entorno, luego, el resto es toda una construcción imaginaria.
Largos y largos senderos de todo tipo de especies recubren la mirada del viajante al espacio único e irrepetible del que nunca mostró insatisfacción y no desea escapar por nada del mundo. Bosques sesgados por la visión de lo perfecto y frutas marchitas con profundos aromas de lo incurable.




----------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------
Cap. 1.

Cuando me hablaban de lo del silencio, nunca me imaginé que en algún momento determinado le iba a prestar atención. Parece cierto, o por ese instante, fue bastante acertada la idea del ruido y esas cosas. Escuchar el silencio. Nunca pude darme cuenta, excepto en esta situación.
Siempre fui un tipo con muchos problemas, demasiado dramático. Igual, creo que el primer paso, es este, reconocer… es difícil la situación de mencionar lo dramático en tu persona; pero en fin, a la larga hay que reconocer los errores o virtudes. Mi problema fue con la rutina, el trabajo forzado y las personas complejas.
Una oficina, en pleno centro de la ciudad y con pocos recursos para sentirse en el mundo ideal. Hombres con corbatas y trajes de tipo importante; de esos que se sienten orgullosos de su esfuerzo. La carrera universitaria, el empleo bien pago y el acomodo, bien argentino, bien peronista.
Un día puede parecer bastante catastrófico, más aún en un trabajo administrativo estatal. Que terrorífico, los jefes, que se hacen llamar jefes te re contra cagan a puteadas y quieren su cafecito y su mate a la hora pautada. Nada de andar interrumpiendo sus actividades, y menos que menos, algún imprevisto.
No pude soportarlo, en algún rincón de esta vida, tuve una corazonada. No estaba hecho para la rutina.
Escuché el teléfono sonar, una vez más, miré fijo la computadora, y de lejos, el jefe chamuyando a la secretaria, y salté de la silla como si me hubieran pegado una patada. Tiré la pc a la concha de la lora y empecé a rebolear todo lo que estaba a mi alcance. Hojas, más hojas, papeles, carpetas, documentos, lapiceras, lápices, fibras de colores y hasta que la mesa cayó. Agarré la impresora y la hice estallar contra el gran ventanal. Un impacto de la puta madre. Todos miraron, vinieron unos canas. Me quisieron llevar y yo como si nada, le dije “No, vos estás mal” y ahora la corrección del hombre, “hay que llevarlo por buen camino”; se rumoreaba por el pasillo.
Así, como en esos momentos inesperados que no te crees parte, empecé a correr como si me quisieran matar. Me di cuenta que no había tiempo para esperar el ascensor y como un nene a punto de entrar en la juguetería, todo desparramado, bajé las escaleras mientras me sacaba la ropa.
Libre al mundo, cansado de todo. Me desabroché la camisa, primero la manga, y en esa situación se me cayó el reloj como parte de la propia naturaleza del hombre. Uno deja las cosas o las cosas lo dejan a uno. Una camisa, imitación de Pierre cardin; lo más probable, porque la vieja chota esa de mi suegra ni en pedo se iba a jugar con una camisa posta. La tiré a la mierda y quedó entre el quinto y sexto escalón. Me quedaba una remera de los guns que la tenía al revés para no llamar la atención. Esos si eran buenos tiempos, el rock te salva de todo. La miré, como el primer amor, eso que dicen llamar entre las personas, y realmente me di cuenta que eran sensaciones inagotables y perfectamente placenteras. Después, en medio del viaje, me resbalé con un garzo y casi me parto la bocha. Decí que me agarré la pelada, sino ni lo estaría contando. En ese momento muchas cosas me pasaron por la cabeza. Me acordé de un capítulo de los tres chiflados, jaja, y ahí era cuando moe le pegaba a curly. La nube pronto se esfumó porque pasó la yegua del tercer piso; una secretaria más buena que el dulce de leche. Una rubia infernal, teñida o no, le dabas toda la noche. Tenía una pinta de tiragomas, pero bueno, la agarré, le partí la boca y por poco le colo los dedos. Se quedó mirando con ganas. Después abrí la puerta y ya estaba en la superficie. Aire de ciudad, menos aire que eso. No encontraba salida. No encontraba algo que buscar.

sábado, 5 de junio de 2010

meollo


Cuando se rompe el reloj y perdés la noción del tiempo, creés que no existe nada ni nadie que te pueda parar. Esos momentos son los que vale la pena vivir, una y otra vez, una y otra vez. No distinguir los colores, ni cuestionar la idea de una vida junto con la muerte. De esos momentos me encantaría poder llenar el cuerpo entero. Una mirada y una respiración, una caricia y un beso que recorre los placeres de la vida.
Nueve y diez momentos. Mil razones para verte y otras sinrazones para sentir que la razón se terminó una vez que te conocí, una vez que perdí la cuestión de preguntar. Y ahora dejo que corra, como el viento, como la suave brisa, y ante todo como la gota de la lluvia que derrama por fuera lo que adentro no se puede mostrar. Solo la naturaleza siembra, solo la naturaleza expresa.

jueves, 27 de mayo de 2010

Porque Sabés

Desde la redacción del magazine discordianista de la RPA. The stranger - Juancho.




¿Porque sabés? Yo no soy solamente yo viejo, yo tengo estas dos sombras que me persiguen -y señaló la sombra que producían las torres de luz gigantes que llegaban desde la costanera ventosa hasta la orilla de la playa con su mar y sus gaviotas plateadas-, y pateó la arena mientras meaba balanceándose sin gracia.
Su cuerpo proyectaba tres sombras de tres faroles ajenos en direcciones diferentes. Entonces, yo quiero venir para acá, pero estas otras dos putas me persiguen -señalando las otras dos sombras a sus lados, corriendo a los tumbos desde la derecha hacia la izquierda, como tratando de escapar a su tortura de arrastrar tres sombras; volviendo, bordeando la orilla con sus sombras aplastadas en la arena recién barrida por el océano reculante, después volviendo hacia mí para siempre- no me dejan tranquilo y no se que hacer, mirá la escoba gigante del mar, se toma el trabajo de ordenar y dejar lisito todo este suelo de vidrio molido para que mañana a la mañana esto se llene de familias y lágrimas y juegos de pelota y la arena vuelva a romperse y llenarse de caos y mañana de la forma más discreta el coloso vuelve a hacer su trabajo y sin esperar nada, no te parece? Sí. Creo que esa es la cuestión, poder dar desinteresadamente, no para uno mismo sino para la nada, una expresión vital genuina de amor. Sí.

martes, 25 de mayo de 2010

Tacto


Caminar en el cielo fue lo más difícil. Una vez que lográs acostumbrarte, después, parece algo tan habitual como tomar agua. Callar y escuchar es lo mejor que te puede pasar, y mientras tanto, seguís caminado sobre la nube, rosando el aire y la brisa que penetra en el fondo del corazón.

Semillas y agua

















Vamos.. vamos a matar a todos, y que no quede ni uno solo. Matar y vivir, vivir y soñar; al fin y al cabo una construcción imaginaria de la cosecha de la realidad. Brillar y brillar para una expedición inagotable y placentera. Escalas de colores y placeres interminables.
Se hablaba de una sociedad secreta, un lugar mejor para todos. La huella impregnada en el vacío y la dura muestra de la realidad. Los rincones de sensaciones y la búsqueda de un poder electroaromatizante. Negros, blancos e incoloros, espíritus del alba y más pero más choques circunscriptos por el aire.
Hacer catarsis, dejar la pálida mirada y desagotar las penas; y ahí sí, sí, poder sonreír, alegrar la contaminación carnal y vivir amando. Continuar y respirar, no bajar y luego caminar y llegar; pero no sollozar en el anhelo, solo buscar y seguir buscando. Errar vale, siempre vale. Es mejor así, pronto el comunicado se abrirá a la luz del que conoce. Este que conoce y que cree, que cree y piensa que le creemos. Para poder soñar, para poder explorar y seguir buscando, caminando y absorbiendo desesperadamente los rincones de aquello que llamamos existencia.

viernes, 7 de mayo de 2010

Líquen



Triste verano Marte, en las afueras de Venus, me sirvió para darme cuenta de la inexactitud de lo exacto.
Todo sucede cuando las mañanas dejan lo temprano del día y la noche se traslada a la hora de la siesta. Lo que ocurre, es que si todo fuera tan fácil, como Casablanca, las cosas serían de otro modo.
Noches y desvelos, sueños y más sueños interminables en la búsqueda de lo profundo, desconocido por el hombre, que no sabe lo que busca pero en un tiempo disconforme, encuentra algo parecido a lo que creía que deseaba.
Manchas y huellas sin señal de lo perceptivo recrean el camino y marcan lo desacertado. En un mundo bajo la lluvia. En una tierra sin alas. En fin, visiones recreadas por un modelo de lo que fue. Eso que fue, que espero que no sea, jamás; que muera en el olvido y se renueve con el próximo linaje.
Verdades en redes de poder incomunicado y palabras sin sentido que solo dicen significados sin significante alguno.
Formas que no dejan ver lo que hay detrás. Solo asociaciones de ellas.
Un lenguaje frío, salvaje, un “Progreso”, y una cucaracha que se arrastra sacudiendo los restos.
Cálido al fin, un lugar mejor. Donde baja el oscuro y resplandece el guía. La tierra, el planeta. La calle y la lágrima que genera la humedad al comienzo del día.
Pases en espiral por sobre el espíritu. Montañas de dinamita o criptonita en frente del pozo. Y luego… la razón y el ser.
Callan, los muertos, y las vírgenes. Los ignorantes y los ignorados.
Muestra de barro y polvo en persianas trabadas por el contexto nauseabundo en el que habitan. Merluza poca fresca y trozos, escombros y más pero más mentiras, cruelmente verdaderas. Esconden lo cierto de modo permanente. Luego la nada, el ser y la nada.
Vientos enajenados del fin del mundo y el principio de los males. Calles desiertas, almas en pena. Y la noche vuelve a ser eterna.
La utopía del después vuelve a golpear la puerta. Mientras tanto, quizás, Zeus, o aquel que llaman Santo, se acerquen a preguntar.
Las de demonio, las entregadas; diez disparos y pocas nueces. Ya se acaba y el rencor no cesa.
Profundidades de la marea y las especies que se reproducen en un océano sin líquido para beber.
Bestias peludas, salvajes, que destruyeron al mundo. Y aquí nos dejaron la bomba a punto de estallar. ¿Quién será el encargado en desactivarla? ¿Quién será el mejor heredero del desconcierto?
Horas incurables y fenómenos indescifrables que no guardan relación.
Pesos en materias blindadas y fuerzas otorgadas a un lugar cerrado y sin conclusión paciente.
Vientos enajenados, vientos enajenados.

Negro

Negro, fue vacío. Solo ruidos desconcertantes y manchas a los lejos que las pude percibir por el olfato. Manchas de todo tipo que penetraban sin pudor, en medio del corazón y en el interior de la mente. Recordar fue pecado pero nunca hubiera perdonado no poder hacerlo.
Martes 19, de aquel mes, que no tiene importancia. ¿En primavera, verano, quizás invierno…
Solo la recuerdo blanca, impactante; siempre que recuerdo termino destruido. Me encantaría poder volver el tiempo atrás, si fuera posible… o si realmente lo quisiera; no creo que sea lo que más anhele, y sobre todo en este momento. Fue bueno mientras duró, hoy, quizá lo mejor es saber que existió. Volver el tiempo al tiempo sería una pérdida, mejor pensarlo así. Hoy lo mejor es seguir, marchar y no mirar atrás, para no exponer tristezas inaguantables.
A veces suele ser mejor no pensar tanto, me dijeron, no cuestionarse, la locura, la locura, se le tiene miedo. Se prefiere callar, no pensar, para no sufrir. ¿Y el después? Después de todo cuál es la razón, el objetivo, tratamos de hacer lo mejor. Indudable, indudable es el placer que siento en esta vida, pero sin razón, es mejor llorar entonces.
Cualquiera pude ser capaz de pensarlo, pero solo traté de describirlo, para nadie o para alguien, para muchos o pocos. Son esos momentos únicos e irrepetibles, desgastados en fantasías y sueños de todo tipo.
Me encantaría contener la respiración interminablemente, viajar a otro lugar desconocido; para contarlo; y sí claro, volver, volver y describir la sensación.

jueves, 22 de abril de 2010

Embrión




Supuse... Adentro de algo me hallaba. Ruidos, sonidos indescifrables y aromas electrizantes. ¿Ver? No me dejé llevar por ese entonces, fue creado por el Hombre -como las percepciones modificables-.
Eso nunca lo dudé, era mejor estar incapacitado para salir. Porque el después no tiene vuelta atrás y ni el arrepentimiento tiene derecho en un marco legal moral e institucional humanizado y adoptado por una falsedad sin sentido.
Sí; debe ser que prefiero volar cien veces, porque no sentir como se abren las venas en el impacto, parece lo más cercano a la muerte. Aquello que llamamos muerte, aquello que llamamos vida, aquello que llamamos... ¿quién llama? La palabra, el lenguaje y las normas para entender que todo sigue su camino.

Hoy, mañana y ayer. Reversiones de una realidad que varían con las mismas opciones, pero distintas sensaciones clandestinas.

lunes, 22 de febrero de 2010

Corte Sistemocional

Sabía que todo iba a andar mejor; por suerte u obra y gracia del destino la vida lo recompensó; su cosecha pudo dar un excelente fruto. “El dinero da felicidad a la gente”
Ahí estaba Edgardo, un amigo de la familia, una persona que poco, por no decir nada, se le podía criticar; de aquellas personas que poco quedan en el planeta. Supo aprovechar los tiempos y en el momento y lugar indicado, como una obra de arte, reventó de los mejores billetes. Dos automóviles nuevos, una moto de segunda línea de la Harley –estilo nacional- viajes a los sueños tropicales latinoamericanos y artículos varios de la tecnología andante para tirar donde quieras. Más de doscientos mil, pufff; que rara resulta la vida. ¿Quién se iba a imaginar?
“Miralo a Edgardo”. Y ahora las solteronas del barrio lo miran de reojo, revolean la chancleta. Buscan la guita, la billetera, “las minas son todas iguales”.
Pero el Poder, la fama barrial, y la papota se le subió a la cabeza. No se lo reconoce. ¿Tanto pero tanto puede ocasionar un fangote de billetes?
Un país específico o el mundo anda errante. Una preocupación constante. Recuerdo lo que decía en mis sueños la curandera espiritual---Si buscas el deseo y lo traduces, el fruto amargo con el que vivirás no causará estragos; pero si eres necio en la vida y tomas el fruto amargo sin tener un deseo profundo, los daños serán interminables. “El poder trasluce el alma”
El hombre es el peor ser vivo, pecador o no (herencia religiosa), suele hacer cosas que no se encuentra ni se va a poder encontrar la cura. Tantos artistas planean el Apocalipsis, pero nadie lo concluye.

sábado, 21 de noviembre de 2009

Vacaciones en junio



Cayó lentamente, impactó sobre el suelo y se exaltó al despertar. Estaba lestimado, pero su poder mental no quería reconocerlo. Una vez más, otro día en la vida y una caída que no lo daba por muerto.
La nostalgia y el poder para querer progresar no le daba tiempo para llorar ¿Por qué iba a llorar? ¿Una caída? Un desmayo y un brote de sangre en su pierna no eran motivos para la desesperación.
Tantos problemas marcaban su agenda, que los daños menores no requerían importancia.
Se levantó, se vendó y siguió el rumbo. De repente notó que le faltaba algo. Su mente estaba en blanco, solo pensaba en la nada.
Miró hacia un costado y escuchó que algo latía. Su corazón seguía a la izquiera, pero el reloj estaba sobre la mesa. Lo vio por unos segundos y se dio cuenta que estaba perdiendo el tiempo. Lo tomó, lo calzó y siguió su viaje.

Solo nos queda

Solo nos queda
mirar,errar y ser humano.
Nos queda
la angustia, el ser y la nada
la ambición y la triste realidad.

Solo podremos soñar
imaginar y pensar el después
como la desintegración de nuestro presente.

Queremos crecer,
pero la Tierra
no deja y nos consume por dentro.

lunes, 19 de octubre de 2009

De alguien


“jajaja; Sí, sos hermosaa, ya te dije. Podría dejar todo por vos”
Al menos fue lo que pensé en ese momento, o recordé pensar luego de esa tarde que la había visto. Inequívocamente me gustaba, pero esperaba no estar desesperadamente enamorado. Sabía que ese iba a ser mi fin. Siempre tuve el temor de pensar en ello.
No se, la duda es constante, ese es el principal problema de todos mis males. ¿Cuándo se está enamorado? ¿Cuándo es quizás algo pasajero? Pero ¿y la otra persona? ¡QUÉ CARAJO PASA CON LA OTRA PERSONA¡ Si ella me dice, se gana un beso, se gana todo, el premio completo.
Realmente me molesta cuando no puedo dejar de pensar ni un solo minuto, debo tener algún GRAVE problema sentimental. Siempre me pasa y ahí es cuándo empeora. Porque si me fijo el historial de enamoramiento, ahí sí, me siento completamente perdido. Pienso, pienso, trato de sentir, seguro que siento y ya está… no hay dominio, todo se pierde y si me encuentran, espero que me avisen.
Por favor avísenme, ya el hilo conductor de ésta redacción se cansó y desapareció. Si te perdiste ya, vas a poder entender.

domingo, 13 de septiembre de 2009

Golconda


René Magritte- Surrealismo de pura cepa. No valen las palabras.

Exprimir


(2009)
















Estaba lejos, muy lejos en aquel entonces. La lluvia le empapó el rostro y sus lágrimas solo representaban un desahogo interno. Nadie sintió lástima, el agua de la carne se mezclaba entre las gotas del cielo.
Pasos, pasos, los paraguas, charcos, más charcos. Todos se apuran, se chocan; no les importa. Egoístas, flor de hijos de puta. El agua los rocía y se ponen paranoicos. Es la naturaleza, al igual que el hombre, pero no les interesa. Quieren enfrentarla y la desafían, se ponen rebeldes, pretenden ser artificiales. Se cubren para que nadie les arruine sus planes, para que nadie los perjudique.
Así son y así seguirán. ¿Dios los cría y ellos se amontonan? No lo involucren, a él o a alguien. No se pregunten, no hagan nada. Ellos son TODOS y están de paso.

miércoles, 19 de agosto de 2009

Viaje Oscuro


(2008)

Me levanté y no pude percibir nada. Fue la única vez que sentí miedo de mi mismo.
Estaba en un hotel que se encontraba camino a Pehuajó, decidí quedarme porque el cuerpo no daba respuestas. Era de noche y sólo pude recordar la entrada del lugar. Tenía mucha iluminación, colores sobresalientes y figuras exóticas. Se llamaba “El Edén”, pero no parecía acogedor.
La entrada era dificultosa. Una puerta que daba a la pequeña escalera de chapa, que a su vez se dirigía a un gran sótano.
Me atendieron rápidamente y me acosté. Más de eso no recuerdo. Luego la ceguera.
Pude salir, me choqué con un hombre, y me trató de borracho. La alfombra se encontraba mojada, y alrededor sólo podía olfatear la humedad que parecía invadir todos los rincones del alojamiento.
Tenía mucho miedo, todavía tenía que salir del lugar e irme a mi pueblo natal. Además tenía el coche en el estacionamiento.
Hacía frío, y escuchaba todo tipo de pasos y voces que daban vueltas en mi entorno. Logré marearme y sentí que todos me tapaban la luz. Sólo sombras creía percibir. Extrañaba los colores, que habían sido los últimos que se acordaba mi memoria.
Me sostuve sobre una mesa, parecía la recepción, por lo poco que recordaba. Era de madera, se encontraba un poco grasienta y con muchas migas alrededor. Traté de expandir el tacto un poco más, y tiré una lámpara que causó gran alboroto.
Alguien me agarró y quiso calmarme. Le dije que no entendía lo que me había sucedido y me ayudó a salir del hotel.
Era la única persona en mi mundo de entonces, qué podía hacer más que confiar en él.
Dijo que me llevaría a Pehuajó, y de repente escuché el motor de un auto que se encendía.

lunes, 17 de agosto de 2009

Irrazonable Inexistente


Explotó, había sangre por todos lados. El mundo desconocía la situación pero había algunos indicios. No quise averiguarlos, realmente no me interesó. A mi clon le había pasado lo mismo, es parte de la vida, así como la muerte. La cabeza no entiende y explota, o quizás logra entender todo, y ahí está el problema.
La relación entre el día, la noche, el hombre, el animal, el sistema, los problemas, todo reunido en un solo lugar. Si él pudo descifrar lo que significa, entonces ese es el problema, no debió hacerse tantas preguntas. Personalmente, de chico también las había hecho, tuve una pista y no quise ir más allá, ya me imaginaba el final.

La venganza

(Continuación del Conde de Montecristo- película/Novela-posible desenlace)-`08-
“Luego de tantos años encerrado, cumpliendo con una condena que no me es propia, puedo regocijarme al tocar tierra, al haber sido arrastrado por la propia naturaleza hacia la búsqueda de la verdad, la libertad y la limpieza de mi honor manchado por personas que no merecen vivir de la manera en que viven”.
Eran las palabras que Dantés había escrito, días después de haber pisado tierra y ubicarse transitoriamente en el hogar de un amigo, que tras tantos años no podía creer de su existencia, y en ese preciso instante, encontrarlo como huésped honorable de su mansión.
Dantés al pisar tierra, luego de tanto tiempo, mantenía su objetivo claro, recuperar todo el tiempo perdido, esclarecer la situación, limpiar su honor y recuperar su vida cotidiana, su felicidad. Edmundo, para cumplir con sus objetivos, necesitaba recurrir a alguien, necesitaba una persona de confianza, pero no íntima, alguien que pudiese ocultarlo por un tiempo mientras planeaba la manera de poder dar por concluida esta tragedia. Pero Dantés no constaba de muchas relaciones, sólo su padre y su prometida Mercedes parecían los más cercanos, pero a su vez problemáticos para afrontar la situación. Sólo le quedaba una persona, el señor Morrel, que le podría brindar un lugar seguro, y sin involucrarse en sus asuntos.
Edmundo recordó la dirección donde vivía y fue hacia allí; sin otra opción a la cual recurrir.
Morrel lo recibió sorprendido y luego de ser partícipe de su larga historia, decidió ayudarlo, o por lo menos brindarle ayuda protegiéndolo en su hogar.
Pasado el tiempo, Edmundo, luego de haber averiguado cómo se encontraban sus seres queridos, llevándose como sorpresa el casamiento de su prometida, Mercedes con Fernando, y más aún, de la dolorosa muerte de su padre; decidió con las pocas fuerzas que le quedaban, seguir luchando por la injusticia que había vivido y por la amarga vida que le había generado.
Dantés ya había planeado todo y sabía cómo realizar su venganza, pero no se encontraba seguro de efectuarla. Pensaba que iba a ser una pérdida de tiempo luego de haber transcurrido muchos años encerrado, llevándose a la memoria las palabras del padre Faria, que lo hacían pensar y reaccionar ante el hecho, dejándolo sin respuesta.
Pero dominando el impulso sobre la razón, decidió dejar de lado todos los planes y el consejo del padre Faria, un hombre de Dios, llevando todo hacia la ira.
Se fue a buscar a Mercedes para avisarle que se encontraba vivo y para entregarse ante ella con todo su amor, dando así final a toda su pesadilla. Pero en medio del camino se encontró con Fernando y no pudo más que ocasionarle la muerte, luego de haberlo golpeado continuamente.
Dantés ya no tenía dominio sobre su persona, se encontraba perdido en un mundo que parecía complicarle las situaciones.
Edmundo no quería recurrir a la violencia para vengarse, pero lo terminó haciendo.
Decidió no pensar más en el hecho ocurrido y se dirigió hacia el único propósito que le daba fuerzas para continuar, Mercedes.
Encontró a Mercedes, pero no se dio cuenta de que ella tenía una nueva vida, que habían pasado muchos años de aquel amor, y no pudo contenerse dando por terminado todo lo que lo seguía manteniendo vivo. Decidió sacarse la vida, clavándose un puñalazo en el corazón, dejando como última imagen su mirada llorosa que se dirigía hacia María.