lunes, 27 de diciembre de 2010

Rebecca


Rebecca se envuelve de hombres. Rebecca llora, mata y se excita. Todo lo puede, consigue la piedra y más tarde endurece los sueños. No se cansa, renueva el alma. Se muestra enamorada, se piensa compleja y envenena la sombra del querer ser.
Rebecca maltrata. Rebecca no piensa. Es angustia, dolor y una pena lacrimosa.
Rebecca no desea sentir, todos lo hacen por ella. No puede amar, solo penetra aire entre las venas. Rebecca no es Rebecca, es una simple mujer en un juego de idiotas.