martes, 25 de mayo de 2010

Semillas y agua

















Vamos.. vamos a matar a todos, y que no quede ni uno solo. Matar y vivir, vivir y soñar; al fin y al cabo una construcción imaginaria de la cosecha de la realidad. Brillar y brillar para una expedición inagotable y placentera. Escalas de colores y placeres interminables.
Se hablaba de una sociedad secreta, un lugar mejor para todos. La huella impregnada en el vacío y la dura muestra de la realidad. Los rincones de sensaciones y la búsqueda de un poder electroaromatizante. Negros, blancos e incoloros, espíritus del alba y más pero más choques circunscriptos por el aire.
Hacer catarsis, dejar la pálida mirada y desagotar las penas; y ahí sí, sí, poder sonreír, alegrar la contaminación carnal y vivir amando. Continuar y respirar, no bajar y luego caminar y llegar; pero no sollozar en el anhelo, solo buscar y seguir buscando. Errar vale, siempre vale. Es mejor así, pronto el comunicado se abrirá a la luz del que conoce. Este que conoce y que cree, que cree y piensa que le creemos. Para poder soñar, para poder explorar y seguir buscando, caminando y absorbiendo desesperadamente los rincones de aquello que llamamos existencia.